martes, 30 de noviembre de 2010

El revuelo de Wikileaks

En los últimos días ha surgido una marea de filtraciones que están agitando el panorama político internacional de una manera que me sorprende. Pero lo que aún más me sorprende es que se agite la sociedad, cuando lo que han "destapado" esos documentos confidenciales de Wikileaks, eran asuntos de dominio público. "Zapatero es un político cortoplacista y de políticas zigzagueantes", "El Rey Juan Carlos es una persona íntegra y digna de admiración", "A Berlusconi le importan más sus fiesta que Italia", "Vladimir Putin, ese hombre machista y autoritario sigue dirigiendo en la sombra el país ruso","Hay secretas connivencias entre Estados Unidos y otros países árabes para detener a Irán y vende miles de millones de armas a los países del Golfo". En fin, estas consideraciones particulares y otros tejemanajes que están copando las pantallas de los telediarios de medio mundo.

Las reacciones, van desde la sorpresa de algunos ingenuos a la indiferencia que crea en algunos políticos. "Quieren desestabilizar el mundo, no vamos a caer en ese juego", se excusan. Y siguen pidiendo que bajo el secreto de Estado se custodien las mayores canalladas. Algunos, han tenido la desfachatez de que esto es "un atentado a la soberanía de los estados", cuando el atentado de los estados, que ignoran al pueblo soberano, es actuar como actúan bajo cuerda.

Cuestiones que todo el mundo debería saber por boca de sus propios políticos, y que aunque son intuidas de facto, nadie se atreve a soltar de iure. La sorpresa y el revuelo no lo causan estas noticias. La mayoría eran ya conocidas o, al menos, intuidas. El revuelo lo causa que la fuente sea oficial. Gubernamental. Política. Un claro ejemplo del oscurantismo y la doble moral que siempre los mueve. Pensar una cosa y decir otra de cara a la galería. Salen una vez pensamientos sinceros de un gobierno y nos llevamos las manos a la cabeza. ¡Cómo no será la situación que ya lo que nos asusta es la verdad!

martes, 23 de noviembre de 2010

Fotografiando el Alzheimer

Fotografiar el Alzheimer es una osadía. No cabe duda. Es imposible de plasmar. Una enfermedad que tiene dos cara muy distintas y que vive a caballo entre dos mundos. El del enfermo, que va escapando de este poco a poco, y el del familiar que emplea todo se esfuerzo en retener a base de cariño al enfermo en este mundo.

Con el difícil propósito de mostrar apenas algo acerca de la enfermedad, se creó este año el I Concurso Fotográfico acerca del Alzheimer. La promotora, la Asociación de Enfermos de Alzheimer "Faro de Chipiona", incansable en su lucha como siempre. La idea es que las fotos ganadoras ilustraran una postal navideña (primera clasificada) y un calendario (las doce finalistas).

Mi primo Bernardo y yo, sabedores de primera mano de lo que significa la enfermedad (no en vano hemos tenido casos en nuestra propia familia), creímos interesante la propuesta y, aunque un poco tarde, nos decidimos a participar. Luego, sin comerlo ni beberlo nos encontramos con la suerte, de ser agraciados y tener las tres fotos entre las finalistas, una de ellas con el tercer premio.

El tema, era complicado, sí, pero también deja mucho campo a la imaginación. ¿Quién si no, imagina más que el propio enfermo de Alzheimer?



Reflejo de mí misma - Tercer Premio.

Y así imagina esta señora, que se mira al espejo y no se reconoce a ella, sino a la niña que quedó en su recuerdo. La foto, está tomada en Sevilla en el bloque donde vivimos. Fue un rato divertido el que pasamos con la señora y con la niña...¡Imagínense!




Mirada hacia la infacia - Fotografía finalista

Esta foto la elegimos por lo mucho que dice la mirada. Todo te conduce a ella. Es una mirada que se pierde en el horizonte y que parece querer comunicar. ¿Tiempos perdidos? ¿Destellos de una infancia? Nunca lo sabremos con certeza. He ahí el poder de la imagen, que es capaz de sugerir cosas diferentes sin dejar indiferente a nadie. En el misterio y la indefinición también hay belleza.

El hombre de la imagen, huelga decirlo, es Juan, abuelo de Bernardo y que legó a la asociación una frase que ha inspirado otra preciosa fotografía "Intentaré recordarte". Eso fue lo que le dijo a una de sus cuidadoras en la Asociación, la madre de Tamara San José, quien presentó tres magníficas fotografías al concurso. Entre ellas, una botella en la arena de la playa con este mensaje dentro.



Al final del camino - Fotografía finalista

Esta otra, como se puede ver por el entorno, ya sí es tomada en Chipiona. He de reconocer que fue la que más problemas nos creó a la hora de tomarla y de darle un título por lo mucho que se abre a la interpretación.

El carrito, es de mi abuelo Carlos y la genial idea de que la nota de color la pusieran los corazones, esa bufanda y esa manta, fue de mi tía Regli, a la que desde aquí agradezco que, como siempre, esté en estas cosas para echarme un cable.


En cuanto al concurso en sí, y al resto de participantes, tengo que decir que quedé gratamente sorprendido. Fueron 96 fotos las presentadas y con una calidad generalizada muy alta. De hecho, algunas que ni siquiera fueron finalistas, me sorprendieron por su creatividad y por el valor artístico -al menos bajo mis hunildes cánones- que tenían.

La mayoría mostraban una cara amable de la enfermedad, otras un lado casi onírico y no faltaron tampoco las fotos duras e impactantes. A mí, al menos, algunas me causaron una fuerte impresión.

Por todo ello, espero que la próxima edición cuente aún con más participantes y que siga en esta línea creciendo poco a poco con el paso de los años. La causa bien lo merece.

PD: Le dedico la entrada a Mamé Valdés, que fue quien me animó a hacerla y que es un apasionado de este mundo de los blogs.

Tuvimos una animada charla durante un buen rato el día de la exposición, y seguramente si no me hubiera tenido que ir todavía estaría charlando con él en El Chusco.

¡Tomara que tu viera,lo que te gusta charlar Mamé!