jueves, 29 de abril de 2010

La era de la (in)comunicación

Siglo XXI. La era de la comunicación. La comunicación sin fronteras. Eso es lo que nos están vendiendo, pero yo, no termino de creérmelo. Miro a mi alrededor y me doy cuenta de lo que hacemos. Examino mi vida y me doy cuenta de lo que hago. Yo tampoco me libro de la perversión de esta era de los medios. Ni yo, ni tú. La sociedad entera estamos, queramos o no, ya atrapados en esta tela de araña (web, en inglés) de los medios de comunicación de masas.

Nos levantamos por la mañana puntualmente informados por la radio de lo que acontece en el mundo. Enseguida cogemos un periódico gratuito en el bus, o en la esquina y seguimos leyendo cosas (al menos lo ojeamos, que lo de leer prensa ya suena a antiguo). En el trabajo o en la escuela, tenemos un ordenador portátil que nos permite que no tengamos que mirar a nuestros compañeros ni a nuestro jefe para coordinarnos. Nos mandan las órdenes (o los apuntes) por correo. Y cuelgan recomendaciones y enseñanzas complementarias en sus respectivas webs. Enseñanza virtual, le llaman.

Al volver a casa, almorzamos con las noticias puestas (o los Simpsons, que no será por variedad temática) y no queremos, por supuesto, que nadie nos dé el almuerzo echando sermones, arengas o charlitas sobre cómo te ha ido el día. Bien, ¿no lo sabes ya? Después de una reparadora siesta, cuando miramos el reloj, nos hemos pasado la tarde entre Tuenti, Facebook y MSN y has conocido a muchísima gente, entre ellas a una jiparraca que está que te cagas. Y has hablado de cosas tela interesantes con tus "compis", de las borracheras que se han cogido y de las que este finde se piensan coger. La vida mola. Flipante, colega.

Te has puesto un poquito de los 40 principales para estar al tanto de todo lo que se lleva. Música de categoría. Cool. Si tantos seguidores tienen, por algo será. La canción del verano ya anda por ahí poniendo a perrear a las ondas más recatadas y martilleando altavoces de coches tunning.

Son las 22:00. Y el tiempo se para. El prime time se acerca, y hay que ver la serie de diseño correspondiente (pónganle ustedes el nombre y el niño vacilón y la niña tonta que quieran). Antes de irte a la cama, le echas un par de vistazos a tu cuenta de Tuenti o de feisbú (versión andaluza) y ves que te han dejado un par de comentarios: vídes de Youtube donde dos o tres golfos hacen payasadas y dan lacasitos a la Ley o acojonan a los conductores simulando radares.

Al final, se te ha pasado el día y estás exhausto de tanto comunicarte. Es lo que tiene esta bendita era de los medios. Te has enterado de todo. Y has hablado con gente de lugares muy lejanos. Has hecho nuevas amistades y planificado el fin de semana. Ya sabes que el viernes toca ver con tu novia el último estreno de Hollywood en el cine. Todo va sobre ruedas.

Al final, se te ha pasado el día y no has hablado nada con tus padres. Son para tí unos perfectos desconocidos. Cómo vas a confiar en ellos. De tu abuela, mejor no hablamos, que hace tiempo que no la ves. Si acaso, vas a recogerle unos euros a cambio de una visita fugaz y un par de besos de Judas en la mejilla. Tus amigos, te transmiten sus confidencias por la red, juegas con ellos al fútbol pero por la Play 3. Y sólo falta que inventen el cubata virtual.

Al final, se te ha pasado el día y (no) te das cuenta de que no te has comunicado ni relacionado verdaderamente con nadie que te importe. Y que tú le importes. La comunicación sin fronteras le ha puesto fronteras a tu mundo más próximo.

Al final, se te va la vida y no sabes ni quién carajo eres tú mismo, ni quién eres para el mundo, ni qué es lo que quieres. No has disfrutado de tu familia, no has conocido la verdadera amistad, no has conocido el verdadero amor. Todo ha sido virtual. ¡Viva la era de la (in)comunicación!

3 comentarios:

  1. Muy bueno primooooo!!!!
    PD: Me siento mal ;(

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  2. Bastante bueno. No solo de la incomunicacion, tambien de la falta de sensibilidad y de humanidad.

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  3. Lo dicho: sólo falta el cubata virtual.

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