jueves, 19 de mayo de 2011

La otra cara de Internet

Además de la posibilidad de expresarnos libremente que Internet nos ofrece y de su importancia (cara positiva), quiero ahora expresar la otra cara de la moneda. La vida cibérnetica es también una vida vigilada. Lo que haces, queda ahí para siempre. Tus clickeos quedan registrados, eres un número para las empresas de márketing que saben dónde tienen que atacar para engatusarte. Eres un perfil de Facebook, una edad, unos intereses y unos "me gusta" determinados que luego venden a las empresas para que te bombardeen con anuncios y seas moneda de cambio. Internet es también un gran hermano en casa y un lugar para que te señalen con el dedo acusador. Un lugar donde un desliz puede ser motivo de tu linchamiento público o un generador de iras hacia una persona por un pensamiento determinado. Es también un lugar de información y un lugar de ruido donde todo nos sobrepasa a menudo y donde, intentando saberlo todo, acabamos no sabiendo de nada.

La clave acaba siendo la misma: mesura, respeto y uso con conciencia de las múltiples posibilidades que esta poderosa herramienta ofrece.

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