lunes, 2 de mayo de 2011

La salvación mundial


¡Venga ya! Ahora va a resultar que sí, que Obama es el salvador mundial. Llega a la presidencia de los Estados Unidos vendiéndose como un hombre noble que viene a hacer confluir a las distintas civilizaciones y a lograr una tranquila convivencia entre todos, le dan el Premio Nobel de la Paz para que el producto tenga más fundamento y a la hora de la verdad se enfunda el traje de guerra y el de justiciero americano. De sheriff del condado que ha librado al mundo. Antes, el apocalipsis del 11-S. Ahora, la salvación.

No bastaba con Libia y el tiempo que llevaba en Afganistán ni con las últimas revelaciones de Guantánamo. Ahora se ha cobrado una presa de muchos quilates. Osama Bin Laden. Y va a sacar provecho a tan preciada pieza. Va a exhibirla como un cazador exhibe su montería esperando el aplauso de sus colegas. ¡Qué bueno lo tuyo, compadre! Yo por ahí no paso. Si les digo la verdad, me trae al pairo lo que hayan hecho con este menda, pero lo que no me da igual es el uso que se está haciendo de esta muerte y de tan vil manera. Delante de nuestras narices.

Discursos plagados de mitos y falsas verdades. Defensa de mentiras de manera encendida. Propaganda que cala a raudales en las mentes de incluso reputados periodistas que se sientan a opinar como expertos en una mesa y no saben de la misa la mitad. Pan nuestro de cada día que hoy llega a extremos límites.

Lo de los americanitos por las calles, no es para menos. Júbilo y masas enfebrecidas que el enemigo ha muerto. Todo esto me recuerda demasiado a la muerte del dictador iraquí Sadam Hussein y cómo se publicó el vídeo de su muerte. Parece que volvemos dos o tres siglos atrás y estamos viendo cómo guillotinan en la Plaza de la Concordia (curioso nombre) al reo y las masas lo festejan. Un espectáculo que sirve además de escarnio público. De identificación colectiva y de advertencia.

Así, el discurso de Obama ha estado minado de alusiones propagandística de lo más tradicionales y sibilinas. Uso literario de los hechos del 11-S con palabras como "heroísmo", apelaciones a unos supuestos valores americanos preexistentes y superiores a todo y venta de este asesinato como la suprema forma de hacer justicia. El triunfo de todo un pueblo que va en pos del mismo objetivo. Todo eso que han ido utilizando los más crueles dictadores y sus propagandistas a lo largo de la historia, ya saben.

Seguramente, a la denostada figura del presidente Barack, que pese a lo poco que lleva se ha desgastado muchísimo, le vendrá bien enfundarse el traje de héroe de la ciudadanía. Le valdrá otra victoria en las urnas. Conociendo a la forma de pensar del electorado americano, casi seguro. Pero lo cortés no quita lo valiente. Que se deje de milongas. Que no juegue a ser quién le convenga según la coyuntura. Antes Obama el Pacificador, ahora Obama el Justiciero. Adalid de la progresía antes, ahora defensor de la patria americana. La eterna película de jugar a ponerse una máscara que sirva para tener a la gente de tu lado. Quedarse con el personal. Eso que tanto gusta a los políticos y que tan fácil resulta a los americanos soltando las palabras mágicas: deber patriótico, heroicidad, enemigo.

Lo mejor: su alegato final. Ahí es nada. "Recordemos que podemos hacer estas cosas no sólo por la riqueza o el poder, sino porque de lo que somos: una nación, bajo Dios, indivisible, con libertad y justicia para todos". Ja-ja-ja.




PD: Por cierto, lamentable respuesta de todos los políticos y analistas españoles y especialmente lamentable la de los socialistas, que se han puesto del lado de Obama (después de estar contra Bush en todo esto). Otros que gustan de arrimarse al sol que más calienta. Ahora sí es progre ir contra Al-Qaeda y a tomar por saco la Alianza de Civilaciones y esas chorradas que nos habían vendido antes. Como se dice aquí: "o picha adentro, o picha afuera".

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