
Pero esto, sí...

Casos como éste demuestran que eso de " la defensa del animal" poco tiene que ver en la toma de decisiones de los políticos. Si no tienen entrañas con los hombres ¿cómo iban a tenerla con los animales? Demuestran una vez más que sólo se deben a intereses partidistas y al fin manipulador del nacionalismo más intolerante y trasnochado.
Siguen jugando ese papel de seres moralmente superiores. Y bien que ganan la batalla. Cada vez menos gente alza la voz, por miedo a la disidencia. Por miedo a ser diferente. Así es nuestra democracia. La única y verdadera torturada.
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