lunes, 26 de julio de 2010

Lo que da de sí una noche

Días de verano. Días de supuesto relax, que para el chipionero en muchos casos es todo lo contrario. Lo encaré -el verano- con ganas de leer y releer, ver buen cine y dedicar un poco de tiempo a escribir. Los días van cayendo, las hojas del calendario vuelan. Y mis buenos propósitos se van tras el papel, como persiguiéndolos. Buscando que el tiempo regrese y dé una tregua para emplearlo de nuevo en esas actividades que cultivamos en solitario y casi de manera egoísta.

Los días van transcurriendo y casi no me ha dado tiempo a pensar, ni a escribir. He disfrutado, eso sí, de buena compañía y buenos momentos. Y he llegado todos los días a la cama sabiendo que mi tiempo estaba bien invertido. Pero con esa sensación de que el día se ha ido demasiado pronto y que se debería poder parar el tiempo y hacer esas otras cosas que a la mente inquieta siempre le apetecen y que en los días ajetreados no le da a uno lugar.

Mientras los días vuelen, nos quedarán las noches. La mayoría han sido de juergas, guitarras, bares o paseos junto a la playa. Noches que dan mucho de sí. Como ésta misma, en que me he reencontrado con la escritura y en la que he vuelto a disfrutar pensando. Y escribiendo lo que pienso. ¡Hay que ver, lo que da de sí una noche!

1 comentario:

  1. Yo solo escribo de noche y bien entrada la madrugada y luego lo cuelgo por la mañana y muchas veces cuando lo vuelvo a leer tengo la sensación de que eso no he escrito yo, la noche es mágica te envuelve en aura de misterios y de paz que la luz del día no la produce, en mucha ocasiones he hecho entradas en mi blog hablando de ese tema. Un saludo (Hoy a tu post le hubiera venido bien una foto de Chipiona je je je).

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