domingo, 2 de mayo de 2010

Cádiz, vieja abuela

"Cádiz es la abuela vieja de Occidente". Ya lo dice esa alegría de Cádiz que con tanto arte, cantaba de vez en cuando y a capella nuestra Rocío Jurado. Y razón no le falta, porque Cádiz es, efectivamente, la ciudad más antigua de Europa. Y bien que se le nota por los achaques que a sus tres mil años la condecoran. La edad no perdona, que dirían algunos.

Claro, y es que la vieja, romana y vieja Gades es ya para muchos como esa vieja que sólo espera la llamada de Dios en el lecho de muerte. Lo mismito que la sociedad en que vivimos, en que la cultura imperante tiende a arrinconar al que sufre y al malherido. En vez de preocuparse por buscarle remedio (que cuesta trabajito, compare) a los males que le azotan, hay quien quiere darle la extremaunción (por lo civil). Y lavarse las manos. Encima.

"Los años no pasan en balde, a su edad poco se puede hacer ya. Demasiado ha aguantado". Sí, todos lo hemos oído antes. Lo digo porque ésta, como sus siete hermanas menores andaluzas, lleva mucho tiempo con la espada de Damocles sobre la cabeza a cuenta del paro y la precariedad laboral.

Los últimos datos no han hecho más que confirmar ésta tendencia y terminar poniendo de relieve que la vieja abuela está en las últimas. Es la provincia más parada de España, con casi un treinta dos por ciento. Casi doce puntos sobre la media del país.

No obstante, aquí las penas se enjuagan pronto. Que para algo están los caminos de romería, los bailes de las ferias y las coplas de carnaval. Y que viva el traje de gitana, el trote de los caballos y el traje de piconera. Guapa y bonita princesa gaditana, ¿en qué cuento vives, anestesiada, dormida, esperando a que te despierte un príncipe que jamás te besará? ¿acaso no conoces que los príncipes de aquí son políticos travestidos, expertos en el arte de robar corazones (votos) y venderte amor eterno a cambio de un sueldo y un coche oficial?

La princesita gaditana de las coplas, es una abuela vieja para el mundo. Necesita renovarse y no dejar que, haciendo gala de su historia, tantos mangantes la pisoteen. Que no se nos llene la boca haciéndole versos y criticando en Febrero lo que olvidamos todo el año. Si sabes montar a caballo, cógelo y haz cabalgadura por un futuro con más trabajo. Que no te digan que es que no hay. Que riqueza natural y personal tenemos de sobra. Y trabajo por hacer hay, tela marinera.

No te dejes matar, vieja abuela, que aún te queda mucha vida.

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