Hace poco ha saltado la noticia (si es que así puede llámarsele a algo que nada tiene de novedoso y que, aunque sin datos en la mano, era ya vox populi) de que en el Ayuntamiento de Sevilla hay veintiún directivos, vulgo personajes, que cobran más que Griñán, Zapatero o el primer ministro británico.
No es nada nuevo. Pero no por ello deja de asustarnos el nivel al que puede llegar el mangoneo, amiguismo y enchufismo municipal. Municipal y en más altas esferas, pero muy especialmente en este ámbito. En las ciudades y los pueblos se establecen más estrechas relaciones y todo el mundo puede arrimarse al poder para sacar algo. Es más fácil arrimarse a un alcalde que a un presidente de Gobierno. También es más difícil que tus fechorías salgan a la luz, que el pueblo está indefenso y a los grandes medios no les interesan esos pequeños (inmensos, en realidad) problemas. Es más fácil ocultarlo a 100.000 personas que a todo un país.
Y si alguien te descubre, o lo callas con tu poder, lo apartas, o lo compras con tu dinero, lo unes al rebaño de los que rebañan. Caciquismo municipal.
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Le veo los colores al demonio
ResponderEliminarEs lo que sucede cuando algunos políticos se dedican a satisfacer los deseos individuales y de su estrecho entorno, en lugar de preocuparse y tomar acción por el interés público y ciudadano. Partiendo de la base de que el poder económico antecede al político y sobretodo que España se caracteriza en general, y más si cabe en Andalucía, por un civismo y ética muy pobre. No hace falta más que ver la suciedad de las calles y el poco respeto a todo inmueble y patrimonio urbano para vislumbrar lo que sucede en el plano político local y nacional.
ResponderEliminarBueno, solo tienes que mirar los nuevos contratos en los Ayuntamientos.
ResponderEliminarAl contratarlos se le pregunta por la formacion que tienen o por el partido al que pertenece o por el que va a votar?