miércoles, 5 de mayo de 2010

Hay palabras. Hay silencios.

Eres dueño de tu silencio y esclavo de tus palabras. Pero hay palabras que liberan. Y silencios que matan. Palabras que te liberan contigo mismo, que hacen que salga por tu boca todo lo que te quema por dentro. Pero te hacen esclavo de la sociedad y de lo que piensen por ello. ¿Es eso ser esclavo o es ser más libre? ¿Es más libre callárselo y que te siga quemando por dentro pero tener el beneplácito de la muchedumbre? Tu libertad es. Úsala como quieras.

Tal vez descubras que eso que te quemaba a ti, también le quemaba a muchos en su interior. Reza porque no te dejen solo y se sumen al “Oh, Capitán” que lanzas (hago el paralelismo con la película El Club de los Poetas Muertos). Porque, como también retrataba Juan Carlos Aragón en uno de sus pasodobles, está muy de moda eso de querer que alguien dé el paso al frente. Pero que sea otro. Y tú a mirar. Mientras, a él lo están linchando. Malditos dueños de sus silencios.

3 comentarios:

  1. Aquí si me lo permito:

    http://www.youtube.com/watch?v=vM5mHZSr-nw

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  2. Jajaja, buen pasodoble del Tino también Ochoa, pero al que me refería en el artículo es a éste:

    http://www.youtube.com/watch?v=DD582xCwVUc

    Se agradece la aportación anterior de todas formas, también viene bien para ejemplificar el tema con el maltrato, aunque yo lo había hecho con una visión global.

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  3. Por suerte tenemos una "democracia"( entre comillas )pero...bueno, otros estan obligados a ese silencio, aunque a veces hablan bajito y suena como un grito pidiendo libertad, y la voz de "los sin voz" es quien transmiten en nombre de esos anónimos que quieren seguir viviendo aunque sea en silencio.

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